sábado, octubre 21, 2006



ACTIVIDADES DE REPASO
FILOSOFÍA GRIEGA : PLATÓN

1.- Con los siguientes términos “salteados” completaremos el “puzle” sobre el contexto socio, histórico y cultural en el que se desenvolvió Platón: Compara las dos COLUMNAS:
A
1.Siglo V
2.Sócrates
3.Atenas
4.Diálogos y cartas
5.polis
6.oligarquía
7.Diálogo
dialéctico
8.cicuta
9.Siracusa
10.Academia
11.aristoracia
12.mito
13.Parménides
14.Pitágoras
15.democracia
16.Heráclito
17.las Ideas
18.Guerras del Peloponeso
B
caverna
mayeútica
Esplendor ateniense
Obras
Ciudad estado
Ciudad natal
Gobierno de “los pocos”
Método filosófico
Planta venenosa
Gobierno de los mejores
Escuela filosófica
Todo permanece
Matemático
Gobierno
del y por el pueblo
Todo cambia
Núcleo del platonismo
Esparta / Atenas
Experimento
Político

2.- Platón en relación con el CONOCIMIENTO piensa que:
a) Lo bueno está unido al saber
b) La ciencia (episteme) se basa en los conocimientos procedentes de las ideas
c) Las ideas son inmutables, verdaderas y eternas.
d) Las ideas encierran el ideal de bondad, belleza, justicia
e) El conocimiento sensible, procedente de la experiencia (información proveniente de los sentidos) produce DOXA (conocimiento de 2º orden) y el conocimiento inteligible (proveniente de las ideas produce CIENCIA (episteme)

3.- La filosofía de Platón sobre el “mundo sensible” nos dice que:
a) Las cosas son una imitación de las ideas que son inmutables
b) El ser humano como ser sensible participa de las Ideas
c) Las ideas pueden ser contempladas en el mundo inteligible
d) El ser humano capta las cosas sensibles como un recuerdo (reminiscencia) de las IDEAS.

4.- Platón recibió influencias muy notables de los filósofos. Buscamos la pareja adecuada:




1

5.- Sobre el método filosófico y cómo llegar al mundo de las ideas hace las siguientes consideraciones :
a) La dialéctica (ciencia del lenguaje y de las ideas) es el método por el que por medio del esfuerzo intelectual proveniente de la discusión y el diálogo se asciende a la vida intelectiva (mundo de las ideas) y se llega a la idea del bien
b) Ser sabio conlleva ser más bueno y más justo
c) En el mundo sensible sólo se pueden percibir las imágenes y las sombras
d) La creencia y la conjetura procedentes del mundo sensible constituyen la DOXA (mundo de las opiniones). En cambio las ideas son la base para el conocimiento intelectual (episteme)

6.- El cuerpo y el alma según Platón:
a) Son dos realidades separables pero unidas de forma provisional
b) El alma es inmortal, espiritual e inmaterial y el cuerpo es corpóreo y corrupto
c) El cuerpo es un impedimento para acceder a la visión de las ideas
d) Las ideas preexisten al cuerpo

7.- Sobre ÉTICA y POLÍTICA, completa adecuadamente la siguiente tabla:


8.- Sobre la moral Platón hacía las siguientes consideraciones:
a) La felicidad es el fin del ser humano y el sumo bien se identifica con la felicidad
b) La felicidad se consigue con la contemplación de las Ideas y éstas provienen del mundo inteligible
c) El alma se fortalece con la práctica de la virtud (“mens sana in corpore sano”)
d) Platón considera la VIRTUD como armonía, salud del alma, catarsis e imitación de “Dios”.

9.- El demiurgo de Platón:

a) Es la inteligencia creadora que une el mundo sensible y el de las ideas
b) El que formó el COSMOS con todos sus elementos, tomando como modelo el mundo de las IDEAS.
c) Es la inteligencia creadora que ordena la materia eterna e inmutable que está en continuo movimiento.
d) No es el “Dios” creador del mundo y del ser humano, haciéndole a éste a su “imagen y semejanza” (cristianismo).

EL ESTADO PLATÓNICO

EL ESTADO PLATÓNICO: "Hacia una sociedad más justa"
Una polis justa

La filosofía de Platón encuentra su auténtico sentido en la política, en el estudio del Estado. La polis debe ser el reflejo del Mundo de Ideas, que también se manifiesta en el alma humana. Individuos justos darán origen a polis justas; y, al revés, polis justas generarán individuos justos. Es justa, y por tanto feliz, aquella polis cuyo gobernante, contemplando la Idea de Bien, con­duce a sus conciudadanos hacia ella; y estos obedecen a su llamada porque conocen y rea­lizan su misión. Practicando su virtud, cada in­dividuo y estamento construye la justicia, la ar­monía de la polis.

La Justicia en el corazón de la polis. ¿Qué es la Justicia? La Justicia no consiste en "obe­decer leyes". Se refiere a una Idea objetiva; hay que hablar de Justicia en sí, de un para­digma de Justicia al que se puedan referir le­yes y formas de gobierno de un Estado. El Estado nace y se expande a partir del alma, pues, en realidad, es su reflejo e imagen. Esta reflexión lleva a Platón a elaborar el estudio de las "partes" del alma y a relacionarla con las "partes" de la polis. Y considera la Justi­cia como la virtud que realiza la armonía, tan­to entre las partes del alma como entre los diferentes estamentos que componen la polis. _

• Cada ciudadano ocupa su puesto. Una polis feliz es "sabia, valerosa, moderada y justa". Estas cuatro cualidades recuerdan las virtu­des que Platón señaló para cada "parte" del alma. Y es que el Estado también es, como el alma, un conjunto ordenado de ciudadanos que, divididos en estamentos, realizan su fun­ción. El Estado nace por un principio eco­nómico: subvenir a las necesidades de los ha­bitantes de la polis. De este principio se sigue la asociación y división del trabajo, el comer­cio y la navegación. Esto debería bastar a un "Estado sano". Pero la riqueza hace que el Estado se rodee de otras comodidades (poe­sía, música, arte...) y que desee la expansión física. Este deseo da origen a la guerra y a una clase de ciudadanos que se dedican a ella: los guerreros. Platón los llama "guardia­nes", limitando así su función a la defensa de la polis, y considera que han de ser valero­sos. En la génesis del Estado están, pues, los artesanos, que realizan las actividades eco­nómicas, y los guardianes, que se ocupan de la guerra. La educación de los guardianes hará que afloren los mejores de entre ellos, que ocuparán el cargo de gobernantes.

Tres clases de ciudadanos, pues, paralelos a las tres partes del alma, y cada una de ellas rea­lizando su virtud, cumpliendo con su función. Los gobernantes serán "sabios" y los guardia­nes "valerosos". Se puede deducir que los ar­tesanos serán "moderados", pero en verdad no es una virtud específica suya. Los artesanos son conscientes del predominio de las otras dos cla­ses, se dejan guiar y les obedecen. La Justicia, armonía entre las partes de la polis, se realiza cuando cada estamento realiza su función.

El rey-filósofo. Filosofía y política se unen en la misma finalidad: la felicidad de la polis. El único gobernante posible es el filósofo. Solo aquel que es capaz de avanzar en el conoci­miento de lo que es en sí, puede decir qué es lo bello, lo bueno y lo justo. Aquel que ha sido capaz de contemplar el "sol", puede "ba­jar", volver a la caverna para ayudar a sus conciudadanos a salir de ella y contemplar "las realidades de arriba". El filósofo es el único que comprende con exactitud dónde ra­dica el Bien en la esfera pública y privada. Pero esta función del gobernante-filósofo es trágica, como trágica es la misma condición humana: el filósofo es un prisionero liberado que, habiendo contemplado el Sol y gustado la felicidad, vuelve al interior de la caverna y es incomprendido y odiado; incluso asesina­do por querer salvar a los demás hombres.

• Degeneración de la polis. Cuando el Estado pierde de vista la consecución de la felicidad de la polis, considera diversos fines que, se­gún su naturaleza, darán origen a diferentes constituciones y formas de gobierno. En su análisis, Platón no busca tanto hacer una teoría política cuanto un análisis de la degene­ración del hombre que no busca su justicia, su armonía. Y así, no habla tanto de oligar­quía, timocracia o tiranía, sino de un modelo de hombre oligarca, timócrata o tirano.
- Tímocracia. Es el "gobierno de la fuerza", del "ánimo". Al comentarla, Platón tiene en cuenta la forma de gobierno de Espar­ta. La educación ha hecho del timócrata un hombre valeroso y apto para la guerra, pero poco amante del espíritu.
- Oligarquía. Es el "gobierno de los ricos", el triunfo del "apetito concupiscible", del deseo. El oligarca es fruto de la educación en la ambición, de la consideración de que el dinero es poder y virtud. Pero esta forma de gobierno origina la separación de la polis en dos grupos, los ricos y los pobres, que desconfían uno de otro y son abierta­mente hostiles.
- Democracia. La oligarquía genera la rebe­lión de los pobres y origina la democracia, forma de gobierno en la que todos los ciu­dadanos tienen los mismos derechos. Pero esta igualdad no se basa en la "educa­ción", sino en la permisividad. El demó­crata se basa en el goce y disfrute de los bienes materiales y desemboca en la "anomía" (ausencia de leyes)
- Tiranía. Paradójicamente, la democracia da origen a la tiranía: el exceso de libertad hace que se produzca la privación de la li­bertad. ¿Cómo es esto posible? El régimen democrático hace surgir el "poder del más fuerte", del "demagogo", que impone su voluntad con sus discursos. Poco a poco, este va adquiriendo poder, otorgado por los votos del pueblo, y llega un momento en que su poder es absoluto: ha surgido el tirano. Es la peor forma de gobierno, la opuesta al gobierno del rey-filósofo; en ella reina la injusticia y la ausencia de liber­tad.

PLATÓN: El alma y el cuerpo

PLATÓN: El alma y el cuerpo
DUALISMO ANTROPOLÓGICO

EI alma es fundamentalmente el principio del conocimiento intelectual, su lugar propio es el mundo inteligible y su fundamental actividad consiste en la contemplación de las ideas. Mientras esté en el, cuerpo, su tarea principal consistirá en alcanzar aquello que es, fundamentalmente las Ideas, y deberá purificarse de los malos apetitos que la inclinan hacia aquello que no-es. En consecuencia, la concepción platónica del hombre es también dualista: alma y cuerpo. La prioridad la tiene el alma, de modo que "e/ hombre es su alma". Platón establece una división tripartita del alma inspirándose en la doctrina de los pitagóricos. En la República (441 d), distingue en el alma tres funciones del alma (aunque en el Timeo, obra de vejez, parece tratarse de tres almas): apetitiva, irascible y racional.
-el alma racional (nous, logos), inmortal, inteligente, divina, la localiza en la cabeza.
-el alma irascible (thymós), fuente de pasiones nobles, situada en el pecho e inseparable del cuerpo y muere con él.
-el alma apetitiva (epithymfa), fuente de pasiones innobles situada en el vientre y mortal.
La inmortalidad del alma.-Platón defendió la inmortalidad del alma, así le dice Sócrates a Glaucón: "¿No sientes que nuestra alma es inmortal y que nunca perece?' Respecto al destino del alma, en la República afirma que el premio o castigo más allá de la muerte depende de las buenas o malas acciones realizadas en la vida terrena.

ÉTICA PLATÓNICA

ETICA PLATÓNICA: “La virtud”

Se suele definir la virtud como hábito operativo moralmente bueno. La virtud es un hábito o manera estable de actuar adquirido por el ejercicio de la capacidad de actuar de ese modo. En Platón se encuentran diversos conceptos de virtud que no se excluyen entre sí:

1° Virtud corno sabiduría. Se corresponde con el concepto socrático de virtud. Sócrates profesó el "intelectualismo ético", según el cual -como ya se ha dicho anteriormente- el saber y la virtud se identifican. En Platón ese saber consiste en el conocimiento de las Ideas, es decir, del Bien en sí, de la Justicia en sí; etc. Por tanto el camino de la virtud es el mismo que conduce al conocimiento de las Ideas. El grado mayor de perfección se alcanza cuando se llega a la Idea de Bien

2° Virtud como purificación. El hombre virtuoso es el que purifica su alma de las pasiones para poder acceder a las Ideas (519 ab). Aquí se nota la influencia pitagórica.

3° Virtud como armonía. Este concepto de virtud está desarrollado fundamentalmente en la República. Considera aquí la justicia como la virtud fundamental, que consiste en "hacer cada uno lo suyo" (República 433 b). La ciudad será justa cuando sus tres clases, la del los productores, guardianes y gobernantes, realicen lo que les es propio (ibídem 435 b, 441 e). El alma, lo mismo que la ciudad, cuando sus tres partes hagan lo que les corresponde. La justicia consiste, pues, en la armonía entre las partes. Platón subraya la correspondencia entre el individuo y la ciudad, el hombre justo no diferirá en nada de la ciudad justa (ibídem 435 b).

ÉTICA PALTÓNICA: La felicidad como destino del hombre

ETICA PLATÓNICA:
La felicidad como destino del hombre

El objetivo del ser humano es alcanzar la feli­cidad verdadera, meta y ñn de toda actuación. Influenciado por Sócrates, Platón ve íntima­mente ligado el saber y el hacer: solo una per­sona educada, que conoce el Bien, puede actuar correctamente. Y en esa conjunción de conoci­miento y acción consiste la felicidad: es una éti­ca eudemonista (que considera que la felicidad es el sumo bien).

• La Idea de Bien como referente ético. Con­templar la Idea de Bien es el objeto del co­nocimiento y el principio de actuación. Una acción se realiza según el modelo de Bien; y esa Idea es al mismo tiempo el referente ob­jetivo del juicio ético. Su adecuación a la Idea de Bien marca la bondad de las acciones. El bien y el mal deben su objetividad a la exis­tencia real de la Idea de Bien. En Platón, la ontología (la realidad de las Ideas) y la epis­temología (su conocimiento) convergen en la ética y la política.

El camino de la felicidad. La actuación supone una "superación" de los deseos del cuerpo para centrarse en los placeres del alma. Los placeres del cuerpo son "buenos", pero precisan ser sometidos a la racionali­dad. Para actuar así, el hombre necesita de la virtud (arete), que es una disposición innata para actuar correctamente. La práctica de la virtud permite a las personas avanzar en el conocimiento del Bien.

PLATÓN: EL CAMINO DEL CONOCIMIENTO

PLATÓN: EL CAMINO DEL CONOCIMIENTO

El camino del conocer es difícil y penoso; es un proceso que, a partir de los objetos sensibles, va ascendiendo hasta alcanzar la epísteme, el conocimiento de las Ideas. En este proceso es menester prescindir de los datos de los senti­dos, de la opinión, porque no es fuente de ver­dad, ya que muestra realidades individuales, cambiantes y contingentes.

¿Qué es la Verdad? Cuando hablamos, utili­zamos conceptos. Todos los conceptos tienen "realidad", es decir, hay "algo" que es su re­ferente objetivo. Un concepto es, pues, expre­sión de esa realidad. La Verdad es esa reali­dad a la que se refiere el concepto. Dicho de otra manera, el pensamiento es "verdadero" cuando expresa la realidad universal, lo es­table y lo permanente, "lo que es". Para Pla­tón, la Verdad es la Idea, auténtico objeto de nuestro conocimiento porque es ese referente objetivo que se expresa en el concepto y en la definición universal.
• Para llegar al conocimiento de las Ideas, el alma humana sigue un proceso que Platón expone con la alegoría de la línea dividida en segmentos. Esquemáticamente, este proceso se puede representar así:


La opinión se refiere al "devenir", a lo sensi­ble; y el conocimiento al "ser", a lo inteligible. Y considera las Matemáticas como las ciencias que ayudan al alma a realizar el ascenso a la Dialéctica. Las Matemáticas parten de hipótesis y llegan a conclusiones utilizando la razón. Por eso las llama "ciencias predialécticas", porque se refieren a realidades inteligibles, aunque "in­feriores" a las Ideas.

La alegoría de la caverna pone también de manifiesto que el ascenso del conocimiento es un proceso que supone esfuerzo y disciplina mental. Muchas veces alude Platón en esta ale­goría al "dolor", al deseo de huir y volver la ca­beza para mirar hacia el fondo, considerando más real lo que veía antes que lo que ahora con­templa. El conocimiento, pues, tiene también un componente ético, de ascesis y autodominio.

• La Dialéctica, ciencia de las Ideas. El prisio­nero liberado que ha sido capaz de "dejarse conducir" fuera de la caverna, puede ver las cosas "como son" y, finalmente, llega a con­templar el Sol. Entonces se siente feliz. El co­nocimiento llega a ver su auténtico objeto, las Ideas y la Idea del Bien (simbolizada por el Sol). Pero tiene también una implicación ética y política: la consecución de la felici­dad.
Según la alegoría de la línea segmentada, la ciencia de las Ideas es la Dialéctica. Es una ciencia inteligible que, usando solo la razón, sin servirse de los sentidos, cancelando las hi­pótesis que plantean las ciencias predialécticas, avanza de Idea en Idea hasta llegar a conocer la Idea del Bien.
• Conocer es recordar. En la alegoría de la ca­verna, el conocimiento del Sol es calificado como "visión" o "contemplación". En otros Diálogos, como Menón o Fedón, Platón afir­ma que el auténtico conocimiento radica en el alma; que el alma, en una existencia pura en el Mundo de Ideas, antes de unirse al cuerpo, había contemplado ya las Ideas. Por eso, conocer es recordar lo que ya sabemos. La Verdad radica en nuestro interior, como le habla enseñado su maestro Sócrates.



EL MITO DE LA CAVERNA

El mito de la caverna

El mito de la caverna constituye una pedagógica pre­sentación de la filosofía de Platón, de su concepción de la naturaleza humana, del conocimiento y de la realidad. El mito destaca la importancia de la educación para alcan­zar el fin de la vida humana y el papel del filósofo como guía de este camino hacia la justicia que concluye en el bien. Platón recurre al mito por la mayor capacidad de evocación que tienen las imágenes frente a los conceptos.

—Después de esto —dije- compara nuestra naturale­za, en lo que respecta a la educación y la carencia de educación, con la escena que voy a describirte. Imagina unos hombres que habitan una vivienda subterránea en forma de caverna, con una entrada abierta a la luz a todo lo ancho de la gruta, en la que están desde niños encadenados por las piernas y el cuello de modo que no se desplacen, ni puedan ver otra cosa que lo que tengan delante, pues las cadenas les impiden volver la cabeza; y, tras ellos, la luz de un fuego que arde algo lejos y más elevado, y entre el fuego y los prisioneros un camino si­tuado en lo alto, a lo largo del cual ha sido construido un pequeño muro semejante a las cortinas de los teatrillos de títeres, sobre las cuales, escondidos del público, los titiriteros exhiben sus maravillas.
—Ya lo veo.
—Pues bien, represéntate ahora, a lo largo de ese pe­queño muro, otros hombres que transportan toda clase de objetos que sobresalen del muro y figuras de hombres o animales hechas de piedra o de madera y toda suerte de imitaciones; entre estos portadores hay que suponer que unos hablarán y otros irán callados.
—¡Extraña imagen nos presentas y extraños prisio­neros!
—Semejantes a nosotros -contesté-. En primer lugar, ¿es que crees que tales hombres hayan visto de sí mis­mos y de sus compañeros otra cosa que las sombras pro­yectadas por el fuego sobre el fondo de la caverna?
[...]
—Es, pues, indudable -dije— que tales hombres sólo considerarían real y verdadero las sombras de los obje­tos fabricados.
—Necesariamente.
- Examina, pues -dije-, qué ocurriría si fuesen libe­rados de sus cadenas y curados de su ignorancia y, en conformidad con su naturaleza, les acaeciese esto: cuando uno de ellos fuese desatado y obligado a levan­tarse repentinamente y a volver el cuello y andar y le­vantar la mirada hacia la luz, al sentir dolor por todo ello y no poder ver, a causa del deslumbramiento, las sombras que antes veía, ¿qué crees que respondería si alguien le dijera que antes no veía sino insignificancias y que es ahora cuando, más cerca de la realidad, y mi­rando cosas reales, tiene una visión más correcta, y le fuera mostrando los objetos que pasan y obligándole a contestar a sus preguntas de qué es cada uno de ellos? ¿No crees que se sentiría perplejo y que lo que antes había contemplado le parecería más verdadero que lo que ahora le mostraban?
- Mucho más verdadero, en efecto -dijo.-Y si entonces se le forzara a fijar la mirada en la luz misma, ¿no crees que le dolerían los ojos y se apartaría, volviéndose hacia aquellas cosas que puede contemplar, y consideraría éstas realmente más claras?
-Así es -dijo.
-Y si alguien se le llevara de allí a la fuerza, obligán­dole a recorrer la áspera y escarpada subida, y no le de­jase hasta haberle arrastrado a la luz del sol, ¿no crees que sufriría y se indignaría del trato recibido y que, lle­gado a la luz, tendría los ojos tan llenos de resplandor que no podría ver ni una sola de las cosas que ahora lla­mamos verdaderas?
-No podría -dijo-, al menos de momento.
-Le haría falta acostumbrarse, creo yo, para estar en condiciones de ver las cosas de arriba, y en un primer momento vería con más facilidad las sombras, y luego las imágenes de los hombres y de todas las demás cosas en las aguas, y después las cosas mismas. A continuación, los objetos del cielo y el cielo mismo los contemplaría más fácilmente por la noche, fijando la mirada en las estrellas y en la luna más bien que, de día, en el sol y la luz.
-Indudablemente.
-Por último, según creo, sería el sol el que produce las estaciones y los años y rige todas las cosas del lugar visible y que, en cierto modo, es la causa de todas las co­sas que ellos veían.
[...]
-Considera ahora esto -le dije-. Si de regreso allá abajo se sentase en el mismo sitio, ¿no se le llenarían los ojos de tinieblas, al apartarlos súbitamente del sol?
-Indudablemente.
-Y si tuviese que competir de nuevo con los que ha­bían permanecido allí encadenados en formular juicios acerca de las sombras que, por no habérsele acomodado aún los ojos, ve con dificultad -y no necesitaría poco tiempo para acostumbrarse-, ¿no daría que reír y no se diría de él que, por haber ido al lugar de arriba, ha vuelto con los ojos echados a perder y que no vale la pe­na ni intentar subir a tal lugar? Ya quien tratase de de­satarles y hacerles subir, si pudieran hacerse con él y matarlo, ¿no lo matarían?
-Sin duda —dijo.

Platón, La República, libro VII, 1 y 2

PLATÓN: CONTEXTO SOCIOPOLÍTICO

PLATÓN: CONTEXTO SOCIOPOLÍTICO

Con Pericles ( 499-429 a.C.) Atenas había llegado a su máximo esplendor económico, cultural y político. Sin embargo, la infancia y juventud de Platón transcurrieron en una época agitada por la guerra que Atenas sostuvo con Esparta (Guerra del Peloponeso 431-404 a.C.). Esparta, vencedora en esta guerra, impuso a Atenas el gobierno de los Treinta Tíranos, "algunos de ellos parientes y conocidos míos" -dice Platón (Carta VII)-que le invitaron a colaborar, pero su tiranía le alejó de ellos. Restaurada la democracia, nacieron en Platón nuevas ilusiones defraudadas por la condena a muerte de Sócrates, el hombre "más justo de su tiempo" y "ante tanta bajeza -escribe Platón- acabé por pensar que todos los Estados están mal gobernados... Me sentí llevado... a hacer el elogio de la filosofía, pues ella puede discernir lo que es justo tanto en la vida pública como privada "(Carta Vll)2. La obra de Platón se ha considerado por eso como una respuesta a la crisis de la democracia que había condenado a muerte al hombre más justo de su tiempo.

domingo, octubre 15, 2006

Comentarios

Hola Benedicto,somos José Mª y Mar.
Por fín hemos podido entrar en tú blog.
Nos ha parecido muy interesante y hemos sacado copia de lo más importante para poder cotejarlo con nuestros apuntes.
Desde aquí un saludo.

jueves, octubre 12, 2006

comentarios

Jelou Benedicto y cía,
soy la k tú llamas Cristina "la música". Jeje, ya me he enterado. Venga, tilo cuento. Ha sido Celia, con la que normalmente me suelo poner. Es una apañera de EGB a la k no había visto hace ñox. Güot a surprais cuando la ví.

Hala, k me enrollo como las persianas. Te cuento, ya he visto k has colgado una nueva página de saber. La he imprimido. Con todo esto quería decirte endeke no he ido en toa la semana, pero tengo coartada. He hecho mío pa-mí-pa-siempre un trancazo k paice k son dos. Puedo prometer y prometo k la semana k viene estaré como una clava allende las carreteras alfaltadas.

Saludos y abrazos.

martes, octubre 10, 2006

PLATÓN: VIDA Y PERSONALIDAD

Platón: Vida y personalidad

Su nombre verdadero era Aristocles, pero, por su constitución física, lo llamaban "Platón" (que significa "de anchos hombros"). Nació en Atenas el año 428 (o 427) a.C. en una familia noble. Al morir su padre Aristón, su madre Perictione se volvió a casar con Pirilampo, amigo de Pericles. Inmerso en un ambiente político, su vida estaba encaminada a participar activa­mente en el gobierno de la polis. No obstante, Platón fue muy crítico con la política de Atenas y atacó duramente la tiranía y la democracia. En efecto, dos hermanos de su madre, Critias y Cármides, pertenecieron al Gobierno de los Treinta Tiranos y ofrecieron a Platón su influen­cia y su protección. Cuando Platón vio la polí­tica de violencia e injusticia que practicó la ti­ranía, llegó a enemistarse con sus tíos.

El año 403 Trasíbulo restauró la democracia, pero este régimen fue todavía peor que el anterior y, como hemos visto, condenó a muerte a Sócra­tes. Esta situación política desanimó a Platón, cuya relación con Sócrates lo había marcado profundamente. Un día, Platón oyó hablar a Só­crates y quedó tan impresionado por su doctri­na que se hizo discípulo suyo. Al morir Sócra­tes, sus discípulos (Platón entre ellos) huyeron de Atenas por miedo a posibles represalias. Pla­tón se refugió en Megara, acogido por Euclides.

Cuentan sus biógrafos que también viajó por Cirene, Egipto e Italia, donde conoció, respecti­vamente, a los matemáticos, a los profetas y a los pitagóricos. Otro viaje que también marcó su vida fue el que realizó a Siracusa, ciudad de Sicilia. Allí conoció a Dión, cuñado del Tirano Dionisio el Viejo. Platón vivió en la corte de Siracusa, pero pronto se desencantó del estilo de vida cortesano (también Dionisio se cansó de las continuas críticas de Platón). Vendido como esclavo, Platón fue liberado por un amigo y pudo volver a Atenas (año 388). Allí fundó la Academia, escuela que recibe este nombre por el lugar donde se hallaba: un bosquecillo dedi­cado al héroe Academos.

Se dice que en la puerta estaba colocado un cartel: "Nadie entre aquí que no sepa Matemáticas". Poco a poco se juntó en la Academia un nutrido grupo de dis­cípulos. Aunque el objetivo de Platón era la educación de políticos y gobernantes, su méto­do consistió en enseñar el amor por las Mate­máticas y la Dialéctica.

El más ilustre de sus alumnos fue Aristóteles, que ingresó en la Aca­demia el año 367 a.C. y permaneció hasta la muerte de su maestro.

Platón realizó otros dos viajes a Siracusa, que también terminaron en fracaso. El primero de ellos fue en el año 369, a instancias de Dión. Había muerto ya Dionisio el Viejo y su hijo y sucesor, Dionisio el Joven, podría instaurar en su reino las ideas políticas de Platón. En vez de ello, Dionisio desterró a su tío Dión y encarceló a Platón, pero este pudo escapar y regresar a Atenas. El último viaje a Siracusa lo realizó invitado por Dionisio, pero también terminó mal, y Platón volvió a Atenas, donde continuó sus actividades en la Academia hasta su muerte en el año 348 a.C. (o 347).

Aunque Platón desdeñó la carrera política, realizó una reflexión profunda acerca de la po­lítica, de la figura del gobernante y de la edu­cación. Una de sus firmes convicciones era que el gobernante había de ser educado para ejercer su función. Y que la educación había de consis­tir en una comprensión vital (una "contempla­ción") de la justicia y del bien, ya que una polis es justa cuando todos sus habitantes son justos. Pero esto requiere una práctica, una forma de comportamiento o ética. Toda su filosofía giró en torno a este eje paidéutico, de educación, en particular del gobernante.

DIÁLOGO SOCRÁTICO

DIALOGO SOCRÁTICO
PROCESO (pasos que seguía)

1. Sócrates pregunta por el significado de un con­cepto importante para la vida, por ejemplo, ¿qué es el valor? El interlocutor responde indicando una diversidad de ejemplos de valor tomados de la experiencia sensible, como «el valor es una forma de resistencia».

2. Sócrates pretende que el interlocutor se dé cuen­ta de que se investiga un concepto problemáti­co. Para ello pregunta si cada uno de los ejemplos de valor de la respuesta anterior es siempre buenos o dependen de las circunstancias. El in­terlocutor descubre que los ejemplos nos condu­cen a contradicciones y reconoce que ignora lo que creía saber: «sólo sé que no sé nada». La re­sistencia puede ser terquedad. Se crea la auténtica disposición hacia el conocimiento.

3. Sócrates pregunta por la esencia del valor: aquello que de común tienen todas las acciones que consideramos valerosas.

4. Se llegaría a la definición del concepto universal del valor o, en todo caso, a una mayor compren­sión del problema de qué es el valor.

BIENVENIDA

Saludos a toda la clase:

Esta es una página interactiva en la que todas las personas podemos participar y mandar nuestras sugerencias en forma de material, preguntas, dudas... A ver si seguís el ejemplo de CRISTINA (enhorabuena por ser la primera en animarse y en hacer aportaciones ) y esta página se convierte en un hervidero de ideas y de participación.

Como podéis haber observado los que hojeáis de vez en cuando esta página, se está introduciendo materiales de apoyo e información complementaria a la que se da en clase. A partir de esta semana se "colgará" documentación sobre Platón, que es el próximo pensador que vamos a estudiar.

Hasta pronto

Benedicto

jueves, octubre 05, 2006

FILÓSOFOS PRESOCRÁTICOS

FILÓSOFOS PRESOCRÁTICOS
ACTIVIDADES DE REFUERZO

1.- Empareja los siguientes términos con su significado: 1.- primer principio; 2.- infinitos corpúsculos indivisibles; 3.- la naturaleza (universo) a nivel global; 4.- forma de expresión filosófica; 5.- puro fluir; 6.- arte de discusión por medio del diálogo; 7.- arte de hablar; 8.- silogismo(razonamiento) falso; 9.- estructura (per se)de las cosas no producidas por el ser humano (Naturaleza)

dialéctica
Retórica
Devenir
Arché
physis,
Átomos
diálogo
cosmos
sofisma.


2.- De las siguientes correspondencias cual es la discordante:
a.- Caos es a cosmos como escepticismo a verdad
a..- Mito es a símbolo como razón a concepto.
c.- Parménides es a devenir como Heráclito a inmutable
d.- Ontología es a ser como lógica es a razonamiento.

3.- La mayeútica es:
a.- El arte de adivinar
b.- El arte de filosofar
c.- El arte de comunicarse
d.- El arte de buscar la verdad mediante el razonamiento

4.- Cuadra estos elementos con sus filósofos correspondientes:
1.- Atomos; 2.- agua; 3.- fuego; 4.-los números; 5.- aire; 6.- homeomerías; 7.- tierra, fuego, agua y aire; 8- apeiron:

Tales
Empédocles
Demócrito
Heráclito
Anaxímenes
Anaximandro
Anaxágoras
Pitágoras


5.- De estas postulados cuál no es verdadero:
a.- Para Parmenides el ser es inmutable y lo inmutable es verdadero
b.- La razón es el camino para llegar a la verdad y los sentidos son mera apariencia.
c.- No hay lugar para el cambio, aunque sí para el movimiento.
d.- El ser es único, inmutable y eterno.

6.- De estas proposiciones cuál no cuadra con la filosofía de Heráclito:
a.- Todo fluye, nada permanece
b- El principio de la vida es el fuego
c.- El conocimiento parte de los sentidos hasta llegar a la razón
d.- El principio que mueve el mundo es el agua.

7.- Los sofistas (verdadero/falso):
a.- Eran los amantes de la sabiduría.
b.- Centraban su filosofía en la Naturaleza.
c.- Afirmaban que la verdad absoluta no existe
d.- Defendían que lo importante era convencer a la gente por medio del diálogo

CRISTINA

Hola Benedicto y resto de la clase,

parece que soy la primera en meterme en el blog o por lo menos en escribir. Por cierto, no lo he dicho, soy Cristina.

Nota para el profe, a la par que tutor: he echado un vistazo a todo lo que has metido y he imprimido bastantes cosas. Les pego un repaso en casa, porque ya sabes que 1 día a la semana no puedo ir a escuchar tu oratoria (je je. Ya empezamos con coñitas).

Nota 2: este primer meil he intentado que sea legible, es decir, en un cuasi correcto castellano escrito, pero, aviso, el resto de ellos irán en perfecto lenguaje msmsm. Je je otra vez.

Saludos, nos vemos el próximo miércoles.

ESCUELA DE ELEA

Zenón de Elea (490-430 a. C): Escuela de ELEA (Parménides)
Las aporías (argumentos contradictorios): Aquiles y la tortuga

Combate las tesis sobre la multiplicidad y el movi­miento del ser, contrarias al pensamiento de Parméni-des. Para ello utiliza argumentos que las reducen al ab­surdo y que acaban en una aporía o proposición contradictoria. Según Zenón, sólo puede existir un ser, puesto que si existieran varios su número sería a la vez finito e infinito. «Si existe una pluralidad, es nece­sario que las cosas sean tantas (en número) cuantas son y no más ni menos. Y si son tantas cuantas son, de­ben ser limitadas. Si existe una pluralidad, las cosas existentes son infinitas, pues siempre hay otra cosa en­tre ellas, y otras, a su vez, entre estas otras. Y así, los se­res existentes son infinitos.» Por tanto, se ha de consi­derar falsa la proposición de la que se parte: que los seres sean varios.
Sus argumentos más conocidos pretenden demos­trar la imposibilidad del movimiento, como el de Aquiles y la tortuga. Aquiles jamás puede adelantar a una tortuga porque, cuando llega al punto de donde ésta partió, ya se ha movido ésta hacia otro punto; cuando Aquiles llega a este segundo punto, la tortuga ya se ha movido a otro; y así indefinidamente. La ven­taja inicial de la tortuga nunca podrá ser superada por Aquiles porque el espacio se considera infinitamente divisible y la tortuga mantendrá siempre una ventaja con respecto a su perseguidor, aunque infinitamente más pequeña. El movimiento, por tanto, es irreal y el hecho que observan los sentidos de que Aquiles alcan­za efectivamente a la tortuga sólo es pura apariencia.

SÓCRATES

Sócrates: Hacia la búsqueda de la verdad
El primer martir de la cultura occidental

Nos encontramos ante una figura emblemática en la historia del pensamiento. A pesar de que no escribió nada, su personalidad y su doctrina nos han sido transmitidas, en primer lugar y ante todo, por el genio de Platón, y en la Mo­dernidad su figura recobró el relieve que en la Edad Media había perdido. Sócrates nace en el 470 a.C. y es condenado a muerte en el 399 a.C. Contemporáneo de los sofistas, es testigo de la hegemonía de Atenas en tiempos de Pericles; de las guerras del Peloponeso y de la consi­guiente pérdida de tal superioridad. Tras la de­rrota de Egospótamos (404 a.C.), Atenas es go­bernada por los Treinta Tiranos; posteriormen­te, en el 403, Trasíbulo restablece la democra­cia. Es este régimen político el que juzga y con­dena a Sócrates.
"Solo sé que no sé nada." Es una frase atribui­da a Sócrates para indicar el fundamento de la verdadera sabiduría: solo aquella persona que reconoce su ignorancia está abierta al conoci­miento. Se cuenta que Querefonte, amigo de Só­crates, acudió a Delfos a consultar al oráculo para saber si habla alguien más sabio que Só­crates; y el oráculo respondió negativamente. Sócrates interpretó que el oráculo quería dar a entender que el principio de la sabiduría es el reconocimiento de la propia ignorancia.
El método socrático. Sócrates comparte con los sofistas el ideal pedagógico, pero su práctica di­fiere mucho de ellos. En primer lugar, él no ad­mite pago por sus enseñanzas y, sobre todo, piensa que él no puede enseñar nada, pues la verdad radica en nuestro interior. Su labor con­siste simplemente en ayudar a las personas a descubrir la verdad. Para Sócrates, la dialéctica es el método de descubrir la verdad a través de la palabra, del diálogo. Y utiliza dos procedi­mientos:

La ironía consiste en hacer dudar al interlo­cutor de la exactitud de sus conocimientos. Sócrates se presenta como aquel "que no sabe", y en su ignorancia pregunta al que "sabe" (o cree saber). La sucesión de pregun­tas en el proceso irónico produce inquietud en el interlocutor, que pierde la seguridad en sus afirmaciones y llega a declarar: "No lo sé". Entonces ya está preparado para descu­brir la verdad.
La mayéutica. Traducido literalmente, signi­fica "dar a luz", y es el método de ayudar al interlocutor a descubrir y formular la verdad. Se dice que esto lo aprendió Sócrates de su madre, que era comadrona. Pero la verdad es que Sócrates interpreta el aforismo griego "conócete a ti mismo" en el sentido de que un auténtico conocimiento personal, fruto de una introspección y una búsqueda sincera, pone de manifiesto la verdad.
La verdad que busca Sócrates. Aplicando su método dialéctico, Sócrates pregunta: "¿Qué es...?", buscando una respuesta que sea válida para todos los casos y que describa la "natura­leza última" del objeto preguntado. Para alcan­zarla, es menester ir avanzando de manera in­ductiva en las definiciones incompletas, a fin de que se llegue a una "definición universal". El hecho de que la mente humana sea capaz de formular tal definición es manifestación de que la verdad es única y universal (contradiciendo el relativismo sofista), como una es la natura­leza humana. No es un "invento" de la mente, sino una "invención", un descubrimiento: la verdad radica en la naturaleza humana, y el hombre es capaz de descubrirla.

La verdad que busca Sócrates es la ética, el bien. Una verdad práctica que regula la actua­ción del hombre con vistas a su desarrollo per­sonal y social. Esa verdad-bien, formulable en definiciones universales, se puede conocer de manera indudable, y puede dar origen a principios universales de comportamiento. Es más, una persona que conoce el bien no actuará mal, porque nadie actúa conscientemente contra su naturaleza, y si lo hace es porque erróneamente considera que su acción le reportará un bien. Este pensamiento de Sócrates se conoce como "intelectualismo moral".

Una verdad práctica, objetiva y universal que el hombre descubre en su interior; tal es, bre­vemente formulada, una de las convicciones bá­sicas que impulsan a Sócrates a su acción pe­dagógica. ¿Por qué? Porque considera que el bien de la polis se fundamenta en el bien del individuo. Como profundizará después Platón, la polis es justa como consecuencia del desa­rrollo ético de sus ciudadanos. Frente al con­vencionalismo político sofista, Sócrates opone su intelectualismo: en la base de la vida pública está el individuo. Por eso la educación socrática es una paideia para la polis, "política", que per­mite al hombre vivir en ella.

Situando de este modo el bien en la base de la vida política, la libertad adquiere una nueva dimensión. Para Sócrates, a diferencia de los sofistas, el hombre libre es aquel que actúa de acuerdo con la razón y su naturaleza; aquel que realiza el bien. Esto implica una concepción an­tropológica en la que el alma sea, además de principio de vida y de conocimiento, principio de actuación. Hay una preponderancia del alma con respecto al cuerpo, de suerte que esta es quien lo rige, lo gobierna y en definitiva lo do-

El juicio de Sócrates. El año 400 o 399 Sócrates fue acusado ante el tribunal y, considerado cul­pable, condenado a muerte bebiendo cicuta. ¿De qué se le acusaba? Según el Diálogo de Pla­tón Apología de Sócrates, era culpable de co­rromper a la juventud, de no reconocer a los dioses de la ciudad y, por el contrario, de sos­tener extrañas creencias e introducir nuevas di­vinidades. En cierto sentido, estas acusaciones te a Anaxágoras, Sócrates considera que hay una Mente o Dios ordenador del mundo al que estarían supeditados todos los dioses tradicio­nales. La acusación de "impiedad" (asebeía), que también se hizo contra Anaxágoras, es un pretexto para ocultar el auténtico motivo: "la malevolencia y la envidia de tanta gente". La acusación de "corromper a la juventud" impli­ca, según los acusadores, que Sócrates hace que los jóvenes sean críticos con respecto a la política y tradiciones de Atenas. Es cierto que muchos jóvenes siguen a Sócrates, Platón entre ellos. No les propone, como los sofistas, una educación para convencer, sino para practicar la virtud, para conocerse a sí mismos y descu­brir la verdad.
Terminada su defensa, el jurado consideró a Sócrates "culpable". Según Diógenes Laercio, hubo una diferencia de 60 votos a favor de su culpabilidad. Las leyes atenienses estipulaban que el acusado tenía derecho a proponer una pena sustitutoria de la pena de muerte. Y Só­crates propuso "ser mantenido a costa del Es­tado", puesto que no se creía merecedor de con­dena alguna. Esta intervención de Sócrates irri­tó aún más al jurado, que se ratificó en su condena, aunque esta vez por un margen más amplio. Según cuenta Platón en Fedón, fue el servidor del tribunal de los Once (encargado de la custodia de los presos) quien vino a anun­ciarle a Sócrates que había llegado la hora de tomar la cicuta. Ante el llanto de sus amigos, Sócrates los animó a que se calmaran y estu­vieran fuertes. Poco a poco, el veneno fue ha­ciendo su efecto. Y así murió "el más sensato y justo de los hombres de su tiempo".

LOS SOFISTAS

LA REFLEXIÓN SOBRE EL SER HUMANO
LOS SOFISTAS: Los primeros antropólogos

Una sociedad democrática y culta como la ate­niense exige que los ciudadanos sean capaces de participar de forma activa en la polis (sean "políticos"). Pero la actividad política va ínti­mamente ligada a la oratoria, a la capacidad de expresarse de forma convincente. Dicho de otra manera, la democracia solo se sustenta si hay líderes que la conduzcan e impongan su crite­rio, no por la fuerza (tiranía) ni por dinero (oli­garquía), sino por la convicción. Esto implica la necesidad de educar a los futuros gobernantes, a aquellos que sean capaces de dirigir a sus conciudadanos. En este ambiente surge un gru­po particular de educadores que desarrolla su actividad pedagógica y educativa de manera profesional e individual: los sofistas (término que etimológicamente significa "sabio"). Su preocupación no es solo transmitir una "técni­ca" de hablar (oratoria), sino una "formación in­tegral" de la persona: un bagaje de conocimien­tos, una visión de la vida y del hombre y una arete política.
El método dialéctico. Etimológicamente, "dia­léctica" significa el arte de hablar, el arte de uti­lizar el lenguaje. Refiriéndose a los sofistas, Pla­tón dice que la dialéctica es el arte de convertir un argumento débil en un argumento persua­sivo. Los sofistas parten de observaciones em­píricas referentes, no ya al estudio de la Natu­raleza como los primeros filósofos, sino a la for­ma de vivir y actuar de las personas y de los pueblos. Estas observaciones ponen de mani­fiesto que el "respeto a la ley", principal fun­damento de la vida política, no es un principio inamovible. Las constituciones, en el fondo, son convencionales, están formuladas por acuerdo entre los ciudadanos o por imposición. Pero no hay una "ley universal" que rige los destinos de las ciudades. De hecho, analizando las diferen­tes constituciones, se aprecia que no hay prin­cipios fijos, que en la formulación de las leyes rige "la ley del más fuerte". De ahí la necesidad de enseñar esta capacidad dialéctica para poder destacar.

Su manera de entender la educación se rela­ciona estrechamente con el concepto de "cul­tura". Se trata de un desarrollo del individuo, de un "cultivo" de habilidades y cualidades para "saber vivir" en la sociedad concreta en la que está ubicada la persona. Protágoras entiende la paideia como un proceso que precisa de la enseñanza, del adoctrinamiento y del ejercicio. En la vida política, normalmente ninguna persona incumple las leyes del Estado a la vista de la gente, y si eso ocurre, ha de ser corregido y castigado. Hay un proceso de imitación en la vida social por el que se van transmitiendo los comportamientos que son "políticamente correctos". La educación se refiere, pues, a este cultivo del espíritu humano que le hace apto, no solo para vivir en sociedad, sino simplemen­te para vivir y desarrollarse.Los principios teóricos. Protágoras dice, en un conocido fragmento, que "el hombre es la me­dida de todas las cosas, de las que son en cuan­to que son y de las que no son en cuanto que no son" (DK 80 B 1). Con ello pone de mani­fiesto la centralidad del hombre en el proceso de construcción y de comprensión de la reali­dad; pero sobre todo en los principios de con­ducta y actuación. El "hombre" puede compren­derse de una manera genérica: es la humanidad la que se dicta a sí misma las leyes y normas. Y también en un sentido particular: es el indi­viduo concreto, la persona individual, el prin­cipio ("medida") de todo. Notemos el giro en el pensamiento: ya no es la ley universal el prin­cipio regulador de la Naturaleza y de la vida del hombre y de las ciudades, cuyas leyes son "re­flejo" de esa ley inmutable. Ahora es el hombre.