ÉTICA PALTÓNICA: La felicidad como destino del hombre
ETICA PLATÓNICA:
La felicidad como destino del hombre
El objetivo del ser humano es alcanzar la felicidad verdadera, meta y ñn de toda actuación. Influenciado por Sócrates, Platón ve íntimamente ligado el saber y el hacer: solo una persona educada, que conoce el Bien, puede actuar correctamente. Y en esa conjunción de conocimiento y acción consiste la felicidad: es una ética eudemonista (que considera que la felicidad es el sumo bien).
• La Idea de Bien como referente ético. Contemplar la Idea de Bien es el objeto del conocimiento y el principio de actuación. Una acción se realiza según el modelo de Bien; y esa Idea es al mismo tiempo el referente objetivo del juicio ético. Su adecuación a la Idea de Bien marca la bondad de las acciones. El bien y el mal deben su objetividad a la existencia real de la Idea de Bien. En Platón, la ontología (la realidad de las Ideas) y la epistemología (su conocimiento) convergen en la ética y la política.
• El camino de la felicidad. La actuación supone una "superación" de los deseos del cuerpo para centrarse en los placeres del alma. Los placeres del cuerpo son "buenos", pero precisan ser sometidos a la racionalidad. Para actuar así, el hombre necesita de la virtud (arete), que es una disposición innata para actuar correctamente. La práctica de la virtud permite a las personas avanzar en el conocimiento del Bien.
La felicidad como destino del hombre
El objetivo del ser humano es alcanzar la felicidad verdadera, meta y ñn de toda actuación. Influenciado por Sócrates, Platón ve íntimamente ligado el saber y el hacer: solo una persona educada, que conoce el Bien, puede actuar correctamente. Y en esa conjunción de conocimiento y acción consiste la felicidad: es una ética eudemonista (que considera que la felicidad es el sumo bien).
• La Idea de Bien como referente ético. Contemplar la Idea de Bien es el objeto del conocimiento y el principio de actuación. Una acción se realiza según el modelo de Bien; y esa Idea es al mismo tiempo el referente objetivo del juicio ético. Su adecuación a la Idea de Bien marca la bondad de las acciones. El bien y el mal deben su objetividad a la existencia real de la Idea de Bien. En Platón, la ontología (la realidad de las Ideas) y la epistemología (su conocimiento) convergen en la ética y la política.
• El camino de la felicidad. La actuación supone una "superación" de los deseos del cuerpo para centrarse en los placeres del alma. Los placeres del cuerpo son "buenos", pero precisan ser sometidos a la racionalidad. Para actuar así, el hombre necesita de la virtud (arete), que es una disposición innata para actuar correctamente. La práctica de la virtud permite a las personas avanzar en el conocimiento del Bien.
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