ESCUELA DE ELEA
Zenón de Elea (490-430 a. C): Escuela de ELEA (Parménides)
Las aporías (argumentos contradictorios): Aquiles y la tortuga
Combate las tesis sobre la multiplicidad y el movimiento del ser, contrarias al pensamiento de Parméni-des. Para ello utiliza argumentos que las reducen al absurdo y que acaban en una aporía o proposición contradictoria. Según Zenón, sólo puede existir un ser, puesto que si existieran varios su número sería a la vez finito e infinito. «Si existe una pluralidad, es necesario que las cosas sean tantas (en número) cuantas son y no más ni menos. Y si son tantas cuantas son, deben ser limitadas. Si existe una pluralidad, las cosas existentes son infinitas, pues siempre hay otra cosa entre ellas, y otras, a su vez, entre estas otras. Y así, los seres existentes son infinitos.» Por tanto, se ha de considerar falsa la proposición de la que se parte: que los seres sean varios.
Sus argumentos más conocidos pretenden demostrar la imposibilidad del movimiento, como el de Aquiles y la tortuga. Aquiles jamás puede adelantar a una tortuga porque, cuando llega al punto de donde ésta partió, ya se ha movido ésta hacia otro punto; cuando Aquiles llega a este segundo punto, la tortuga ya se ha movido a otro; y así indefinidamente. La ventaja inicial de la tortuga nunca podrá ser superada por Aquiles porque el espacio se considera infinitamente divisible y la tortuga mantendrá siempre una ventaja con respecto a su perseguidor, aunque infinitamente más pequeña. El movimiento, por tanto, es irreal y el hecho que observan los sentidos de que Aquiles alcanza efectivamente a la tortuga sólo es pura apariencia.
Las aporías (argumentos contradictorios): Aquiles y la tortuga
Combate las tesis sobre la multiplicidad y el movimiento del ser, contrarias al pensamiento de Parméni-des. Para ello utiliza argumentos que las reducen al absurdo y que acaban en una aporía o proposición contradictoria. Según Zenón, sólo puede existir un ser, puesto que si existieran varios su número sería a la vez finito e infinito. «Si existe una pluralidad, es necesario que las cosas sean tantas (en número) cuantas son y no más ni menos. Y si son tantas cuantas son, deben ser limitadas. Si existe una pluralidad, las cosas existentes son infinitas, pues siempre hay otra cosa entre ellas, y otras, a su vez, entre estas otras. Y así, los seres existentes son infinitos.» Por tanto, se ha de considerar falsa la proposición de la que se parte: que los seres sean varios.
Sus argumentos más conocidos pretenden demostrar la imposibilidad del movimiento, como el de Aquiles y la tortuga. Aquiles jamás puede adelantar a una tortuga porque, cuando llega al punto de donde ésta partió, ya se ha movido ésta hacia otro punto; cuando Aquiles llega a este segundo punto, la tortuga ya se ha movido a otro; y así indefinidamente. La ventaja inicial de la tortuga nunca podrá ser superada por Aquiles porque el espacio se considera infinitamente divisible y la tortuga mantendrá siempre una ventaja con respecto a su perseguidor, aunque infinitamente más pequeña. El movimiento, por tanto, es irreal y el hecho que observan los sentidos de que Aquiles alcanza efectivamente a la tortuga sólo es pura apariencia.
0 Comments:
Publicar un comentario
<< Home