lunes, enero 08, 2007

STO: TOMÁS: Contexto

La filosofía Islámica y la hebrea
En el periodo comprendido entre los siglos VII y VIII se produce el apogeo de la expansión islámica: Siria, Egipto, Palestina y Mesopota-mia pertenecen ya al mundo árabe que, en Occidente, ha llegado hasta los Pirineos a través de Gibraltar, donde es detenido por los francos, y, en Oriente, ha penetrado hasta la India.

A la expansión política y geográfica le sigue, naturalmente, la expan­sión cultural. A mediados del siglo VIII, impulsada por la dinastía Abbasí, nace en Siria la Escuela de Traductores de Bagdad, donde se inician las traducciones al árabe de obras filosóficas griegas (Aristó­teles, Teofrasto, Porfirio, etc.), bien directamente del griego o a través del siriaco. En general, la filosofía árabe se esforzó por interpretar los textos traducidos a la luz del Corán. Dado que la repercusión de al­gunos pensadores árabes en la escolástica fue muy importante, trata­remos de resumir algunas ideas básicas de los autores más represen­tativos.

Alfarabí (950) fue estudiante y profesor en Bagdad. Tradujo y co­mentó a Porfirio y a Aristóteles. Entre sus obras destacan La inteli­gencia y lo inteligible, El alma, La unidad y lo uno y la más conocida, Concordancia entre Platón y Aristóteles. Formuló por primera vez la noción de contingencia del mundo, implícita tanto en el cristianismo como en el islam. La existencia de algo es distinta de su esencia y no está incluida en ella. Esta distinción se basa en la observación aristo­télica de que la noción de lo que una cosa es no incluye el hecho de que esa cosa exista.
Avicena (980-1037) fue un erudito médico que ejercía ya a los 16 años, después de haber estudiado literatura, geometría, física, juris­prudencia y teología, por lo que fue considerado como un auténtico superdotado. Entre sus obras, que aunan las doctrinas de Aristóteles y de Platón con aspectos de las religiones árabe y judía, destacan La curación, enciclopedia filosófica en dieciocho volúmenes, Lógica, Filosofía de la naturaleza, Psicología y Metafísica, que fueron tradu­cidas al latín y que ejercieron una gran influencia.

Durante la Edad Media se tuvo a Algazel (1058-1111) por discípulo de Alfarabí y de Avicena, puesto que sólo se conocía una obra suya, Las intenciones de los filósofos, en la que exponía las teorías de los dos filósofos. Sin embargo, dedica a refutarlas otros de sus escritos: La destrucción de los filósofos y La restauración de los conocimientos religiosos, obras documentadas en las que pretende demostrar que la verdad está en la religión.

Pero, sin lugar a dudas, el filósofo árabe que más influyó en los esco­lásticos fue Averroes (1126-1198), cordobés conocido en la Edad Media como El Comentador, en referencia a sus comentarios de Aristóteles, cuya filosofía intenta recobrar en estado puro. Estudió teología, jurisprudencia, medicina, matemáticas y filosofía, aunque, fi­nalmente, ejerció como juez. Especial importancia para la filosofía medieval tiene su consideración de las relaciones entre razón y fe. Parte de la tesis de que el Corán es la verdad y distingue tres catego­rías de espíritus y tres grados de hombres: hombres de demostración, que exigen pruebas rigurosas; hombres dialécticos, que manejan ar­gumentos probables y, por último, hombres de exhortación, a los que les llegan los argumentos que apelan a los sentimientos. El Corán se dirige a los tres, pero, con el fin de evitar la herejía, se dirige a cada uno en su ámbito, para que ninguno de ellos intente sobrepasarlo. Por esta razón se le atribuye la primera formulación de la doctrina de la doble verdad, que afirma que dos proposiciones contradictorias pue­den ser simultáneamente verdaderas, una puede ser verdadera desde el punto de vista de la fe y la otra desde el punto de vista de la razón. Pero lo que realmente afirmó Averroes es que, en caso de contradic­ción, se impone la verdad de fe. Finalmente, cabría mencionar dentro de la filosofía islámica a Alkindi (800-873), Avempace (f 1138) y Abentofail (1100-1185).La filosofía hebrea bebió de las fuentes del pensamiento árabe hasta el punto de que muchos de los filósofos judíos de la Edad Media es­cribieron en árabe. Entre los filósofos hebreos destaca especialmente Maimónides (1135-1204), judío español nacido en Córdoba, cuya principal obra es la Guía de los indecisos, que constituye una suma teológica de la escolástica judía. Su postura ante el problema de las relaciones entre filosofía y religión está cerca de la que posterior­mente defenderá santo Tomás: la filosofía no puede demostrar todas las verdades reveladas, pero ha de demostrar que no es imposible admitirlas. Afirma también que existe una concordancia plena entre verdades de razón y verdades de fe, pues sólo existe una verdad.

1 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Qué recuerdos me trae este blog de cuando yo estudiaba estas cosas en el bachillerato. No es que me apasionaran pero no dejaban de interesarme.

1:53 p. m.  

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