ARISTÓTELES: ANTROPOLOGÍA Y ÉTICA
LA VIRTUD
La felicidad se conquista a través del ejercicio y la práctica de la virtud (arete). La virtud no es ni una pasión ni una facultad humana, sino que es un hábito, es decir, que se genera con la repetición. Los hábitos pueden ser buenos o malos. Son hábitos malos los que alejan al hombre del cumplimiento de la función que le corresponde según su naturaleza y Aristóteles los denomina vicios. Por el contrario, son hábitos buenos los que llevan a un hombre a cumplir bien su función y Aristóteles los llama virtudes. Las virtudes residen en el alma, ya que requieren conocimiento, deliberación y libertad para regir la actividad humana.
CONCEPTO DE VIRTUD:
Hábito adquirido, voluntario, deliberado, que consiste en el justo medio con respecto a nosotros, tal como lo determinaría el buen juicio de un varón prudente y sensato, juzgando conforme a la recta razón y a la experiencia.
Aristóteles considera que el acto voluntario se reduce a cinco momentos:
1. Conocimiento del objeto y del fin.
2. Voluntad de alcanzarlo.
3. Deliberación sobre los medios adecuados para conseguirlo.
4. Elección reflexiva.
5. Firmeza inquebrantable en el obrar.
CLASES DE VIRTUDES:
Virtudes intelectuales, o dianoéticas.- Para el entendimiento especulativo el bien se identifica con lo verdadero y el mal con lo falso. A esta parte de la inteligencia corresponden tres funciones y los correspondientes tres tipos de virtudes: las virtudes contemplativas, las prácticas y las productivas. Desde el punto de vista ético, las más importantes son las prácticas y, de ellas, la prudencia, según la cual el hombre puede decidir cuál es el término medio adecuado para él. Pero las más elevadas son las virtudes contemplativas, pues tienen como objetivo alcanzar la verdad por medio de la ciencia y de la sabiduría. De esta forma, la vida contemplativa es la actividad más elevada que puede desarrollar el hombre, la que le proporciona la máxima felicidad. Por último, las virtudes productivas se reflejan en las actividades que el hombre realiza por medio del arte y de la técnica.
La felicidad se conquista a través del ejercicio y la práctica de la virtud (arete). La virtud no es ni una pasión ni una facultad humana, sino que es un hábito, es decir, que se genera con la repetición. Los hábitos pueden ser buenos o malos. Son hábitos malos los que alejan al hombre del cumplimiento de la función que le corresponde según su naturaleza y Aristóteles los denomina vicios. Por el contrario, son hábitos buenos los que llevan a un hombre a cumplir bien su función y Aristóteles los llama virtudes. Las virtudes residen en el alma, ya que requieren conocimiento, deliberación y libertad para regir la actividad humana.
CONCEPTO DE VIRTUD:
Hábito adquirido, voluntario, deliberado, que consiste en el justo medio con respecto a nosotros, tal como lo determinaría el buen juicio de un varón prudente y sensato, juzgando conforme a la recta razón y a la experiencia.
Aristóteles considera que el acto voluntario se reduce a cinco momentos:
1. Conocimiento del objeto y del fin.
2. Voluntad de alcanzarlo.
3. Deliberación sobre los medios adecuados para conseguirlo.
4. Elección reflexiva.
5. Firmeza inquebrantable en el obrar.
CLASES DE VIRTUDES:
Virtudes intelectuales, o dianoéticas.- Para el entendimiento especulativo el bien se identifica con lo verdadero y el mal con lo falso. A esta parte de la inteligencia corresponden tres funciones y los correspondientes tres tipos de virtudes: las virtudes contemplativas, las prácticas y las productivas. Desde el punto de vista ético, las más importantes son las prácticas y, de ellas, la prudencia, según la cual el hombre puede decidir cuál es el término medio adecuado para él. Pero las más elevadas son las virtudes contemplativas, pues tienen como objetivo alcanzar la verdad por medio de la ciencia y de la sabiduría. De esta forma, la vida contemplativa es la actividad más elevada que puede desarrollar el hombre, la que le proporciona la máxima felicidad. Por último, las virtudes productivas se reflejan en las actividades que el hombre realiza por medio del arte y de la técnica.
Virtudes morales, o éticas. -Las virtudes morales consisten en el justo medio entre dos extremos igualmente viciosos, entre el exceso y el defecto. Por ejemplo, el valor es el término medio entre la cobardía y la temeridad. Aristóteles deja la determinación del justo medio a la experiencia y al juicio prudente de un varón sensato que discurra rectamente. Pero, si bien desde el punto de vista de su propia entidad la virtud es el justo medio, desde el punto de vista del bien y de lo mejor, la virtud es en sí misma un extremo.
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